Si Madrid tuviera mar...

Si Madrid tuviera mar,

en Atocha rompería,

donde el calor alucina

en verano cuando mea.

Ay, las noches de neón,

calenturientas y jóvenes,

tras escaparse los soles

por la puta alcantarilla.

Se nos va la lentejita
con las gallinas de Chueca,
si los cojones remienda

de un mariquita. Peor es

salir por patas del cuento,

en pasarela Cibeles,

tras el hombre del aceite

la esclava tetuda se caga.

-d.b-

¡SE VENDE LA POLLA EN VERSO!

Desahuciada y sin dinero,

se vende La Polla en Verso...

Se subasta y se prescinde

del último de los ingenuos.

Se busca comprador listo,

ricachón y con ingenio,

con dosis de humor fino

y que tenga mucho cuento,

para público selecto y sabio,

numeroso y multiétnico.

Abstenerse prostitutas,

aunque aquí se hable de sexo.

¿Quién da más por la poesía?

¡Pujad por La Polla en Verso!

-d.b-

Soneto al pene, versionando a Miguel Hernández

Fornido por el pene, más que duro,
porque la polla lustra cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más empalmado que ninguno.

Sobre la polla crezco solo y uno,
polla es mi faz y pene mi batalla
perro que ni se corre ni se calla
siempre a su dueño fiel, mas prostituto.

Falos y penes llevo por corona,
falos y pollas siembran sus leotardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la polla mi persona
rodeada de penes y de falos:
¡cuánto placer para correrse uno!

- d.b -

Poemas de Marilyn Monroe cantando a la muerte

d.b
NYO. Superdotada. Marilyn Monroe sacaba pecho cuando alguien reconocía lo bien que actuaba. ¿Pero sabían que escribió poesía? Una pasión culta y oculta, a pesar de que Arthur Miller afirmaba que nunca la vio terminándose un libro. Enfermiza vocación la suya, la de las pastillas convertidas en poesía, con un eje central, la Muerte, meciéndola para dormirse, para llevarse de ella su hermosura y candidez:

Me quedé de pie bajo tus ramas

y floreciste y finalmente

te aferraste a mí.

Y cuando el viento golpeó con tierra

y arena...tú te aferraste a mí.

Más fina que una telaraña yo,

más diáfana que cualquiera;

pero se adhirió

y se mantuvo firme ante los poderosos vientos.

Vida... de la que en ciertos momentos

existo en tus dos direcciones.

En cierto modo sigo colgando hacia abajo casi siempre,

mientras tus dos direcciones tiran de mí.

- Marilyn Monroe-

Sus fracasos, sus miedos, sus dolores, quedaron grabados en el papel, como huella imborrable de su angustia no hecha pública:

¡Ah! Maldita sea. Me gustaría estar muerta,

absolutamente inexistente,

ausente de aquí, de todas partes;

pero cómo lo haría...

Siempre hay puentes...

como el puente de Brooklyn.


- Marilyn Monroe-

Pero no se tiró por ningún puente... ¿Realmente se suicidó o era amante de la vida? ¿Una mujer con esperanzas e ilusiones que no veía satisfechas?

Vida...

Existo en tus dos direcciones.

Permaneciendo de algún modo,

colgando hacia abajo casi siempre,

fuerte como una telaraña en el viento,

existiendo con la fría escarcha

más que esos brillos en forma de gotas

que he visto en los cuadros.

- Marilyn Monroe-

Desnuda ante la tristeza que la engulle, ella, la diva o la Vida, agarradoramente poética, recibe a la innombrable Muerte disfrazada, que cuando habla pone fin al poema:

¡Socorro, socorro,

socorro!

Siento que la Vida se me acerca,

cuando lo único que quiero

es morir.

- Marilyn Monroe -

Antonio Machado, en versión porno

Al coño viejo,

hendido por mil rabos

y en su mitad podrido,

con las lluvias de lefa

de tantos nabos,

algunos viejos verdes se han corrido.

El coño centenario

es la vagina

que lame el Duero,

un musgo amarillento

le mancha su boquita blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento. 

No será, cual los chulos cantores

que guardan el chumino a la ramera,

habitado de golfos ruiseñores.

Ejército de espermas en hilera

va trepando por él,

y en sus entrañas rompe,

qué asco, las grises telarañas.

Antes que te violen,

coño del Duero,

con su hacha el leñador,

y el butanero te cepille

también de mala gana,

tragues más pollas,

leche por la teta,

antes que rojo

en el follar mañana,

ardas de alguna mísera puñeta,

al gozo de un cretino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el hueco de tus piernas blancas,

antes que el río hasta gritar te empuje

por fuerza de unas trancas,

coño, quiero probar aun con dentera

la gracia de tu sexo verdecido.

Porque mi pene espera también,

hasta el final de la libido,

otra felación de la primavera.

- d.b -